Soy Jorge, nací en el 98 y soy originario de Madrid, aunque llevo viviendo en la Región de Murcia desde el 2021. Soy masajista, aunque no me gusta meterme dentro de la casilla porque me parece que se queda corta. Creo que mi vocación es ayudar y lo hago a través del tacto y el cuerpo. Pero para mí, ayudar es algo más amplio que dar un masaje, requiere una presencia, desarrollar una capacidad para escuchar a quien viene y permitirle que se relaje. El día a día de la mayoría ya es suficientemente estresante, como para no ofrecerles ser escuchados con el corazón y aunque seguramente no sepa que decirte, al menos puedo hablarte con las manos.
Hablando un poco de mi vida y mi manera de entender la salud y el tacto. Lo primero es advertirte, de que yo he estado tan loco y perdido como tú lo has podido estar, en algún momento de tu vida. Quizás cuando era adolescente un poquito más. Tenía a raíz de esto muchas dudas y mi mente no es de las que se conforman con respuestas simples, así que estudié la carrera de Filosofía. Aunque esto no me trajo más que un agravio para mi vida, al hacerme poner el foco en lo complicada que es esta sociedad y el mucho daño que hace. Lo que me hizo buscar un lugar tranquilo, huyendo de Madrid y su ruido. Tanto pensar cosas sofisticadas, me hacía creer que lo podía saber todo, estaba tan seguro de mis ideas y de que mi mente me daba claridad… Pero por el contrario lo que me dio claridad, fue reencontrar mi sentido de vida en una vida tranquila, en el trabajo personal, en la psicología; aunque no llegué a estudiar la carrera me metí en un viaje de formación y experiencias que sigue a día de hoy. Comprendiendo poco a poco mi carácter, mis limitaciones, como lo dependientes que somos los unos de los otros.
Hasta que gracias a la psicología empecé a ver la importancia del cuerpo, como en él guardamos y de él nace todo: las emociones, las historias, los dolores, las potencias, el carácter… Y cómo está unido por él, porque somos un cuerpo. Y fue aquí donde empecé a investigar por mi cuenta sobre él, como a trabajarlo, mediante Yoga, meditación, Tai Chi, deporte, dieta, masajes. Y fue esto lo que me motivo a pensar que podría trabajar con el cuerpo ayudando a los demás. Primero empecé por el Quiromasaje, pero me supo a poco, así que seguí hacia la Osteopatía. Hasta que me topé con Arun. Arun o Tacto consciente fue para mí un despertar a lo que mi intuición buscaba hacer a la hora de trabajar con el cuerpo, cómo también fue un lugar de encuentro con mi yo más profundo. Aquí descubrí mi pasión por el cuerpo y la meditación, encontré la profundidad que buscaba a la hora de entenderme a mí y a los demás. Al hacer del tacto un espacio donde reconocer desde la vulnerabilidad, con el corazón, a la vida que hay en mí y en los demás. Había encontrado mi ‘Dharma’, que dicen en India, mi camino de vida, pero aún no me lo creía.
Tras la formación en Arun decidí formarme en una de las técnicas que con Arun usábamos: Craneosacral. El enfoque era Biodinámico, que quiere decir, que entiende que somos un todo y que hay que tratarnos como tal, no hay que buscar curar un dolor, ya que este es un efecto de muchas causas, forma parte de un todo; en Biodinámica se busca despertar el potencial de autoregulación de ese todo, haciendo que las partes se integren en el total. Este enfoque estaba totalmente alineado con mi intuición y mis experiencias sobre qué es la Salud. Así poco a poco en cada sesión, la Biodinámica Craneosacral se ha convertido para mí en una de mis artes favoritas…
Y en este punto estoy actualmente, buscando mediante la práctica tener una presencia clara, honesta y respetuosa que ofrecerte, como unas manos compasivas y humanas. Abriendo desde KarunāSalud, un lugar de encuentro, donde puedas habitarte en paz y reencontrar la salud inherente a ti.